viernes, 1 de agosto de 2008

Clase 6


El contacto con tu YO SUPERIOR

Uno de los pasos más importantes para conseguir que tu visualización creativa sea plenamente eficaz es tener la sensación de estar conectado con su «fuente» espiritual interna.

La «fuente espiritual» es el foco de amor infinito, de sabiduría y de energía procedentes del universo.

Para usted, la fuente puede estar asociada con Dios, la Diosa, la inteligencia universal, el Gran Espíritu, el poder superior o su verdadera esencia.
Pero, se llame como se llame, podemos encontrarla aquí y ahora en el interior de cada uno de nosotros, en nuestro ser interno.

A mí me gusta concebir este contacto con la fuente como una conexión con nuestro yo superior, el ser divino que habita en nosotros, nuestra propia chispa divina.

Estar en contacto con nuestro yo superior se caracteriza por un profundo sentido de conocimiento y certidumbre, de amor y sabiduría.
Uno se sabe creador de su propia experiencia vital y dotado del poder de crear las vivencias más importantes y necesarias para avanzar en su propio proceso de aprendizaje.

Todos hemos vivido experiencias reveladoras de estar en contacto con nuestro yo superior, aunque no las hayamos conceptualizado de ese modo.
Sentirnos con la moral excepcionalmente alta, lúcidos, fuertes, «en nuestro mejor momento» o «capaces de mover montañas», son síntomas de que estamos conectados con nuestro yo superior. Algo así se siente cuando se está enamorado, cuando nosotros mismos y el mundo nos parecen maravillosos porque el amor hacia otro ser humano hace que nos manifestemos a través de nuestro yo superior.

Cuando por primera vez experimentes conscientemente su yo superior, descubrirás que parece manifestarse esporádicamente, porque, en un momento dado, se siente fuerte, lúcido y creativo, e inmediatamente después puede verse sumido en la confusión y en la inseguridad.
Parece ser que esto es inherente al propio proceso.
Pero una vez que se toma conciencia de tu yo superior, puede evocarlo siempre que lo necesite y gradualmente descubrirá que está con usted cada vez con mayor frecuencia.

La conexión entre tu personalidad y tu yo superior es un canal de doble dirección y es importante crear la corriente en ambas direcciones: la receptiva y la activa.

La receptiva:

Cuando serenas tu personalidad mediante la meditación y alcanzas un espacio «existencial», estás abriendo el canal para que la orientación y sabiduría superiores lleguen hasta ti a través de tu mente intuitiva.
Puedes hacer preguntas y esperar que las respuestas se te presenten por medio de palabras, imágenes mentales o impresiones sensitivas.

La activa:

Cuando te sientes creador de tu propio universo, comienzas a ser capaz de elegir lo que deseas crear y canalizas la infinita energía, el poder y la sabiduría de tu yo superior para que se materialicen tus elecciones a través de la visualización activa y las afirmaciones.

Cuando la energía fluye libremente por el canal en ambas direcciones, tú te estás dejando guiar por tu sabiduría superior, y gracias a la orientación que te proporciona, estarás tomando decisiones y creando tu mundo del modo más elevado y hermoso posible.
Casi todas las formas de meditación te conducirán a la experiencia de sentirte en contacto con tu fuente espiritual o con tu yo superior. Si no estás seguro de cómo es esta experiencia, no te preocupes. Continúa practicando la relajación, la visualización y las afirmaciones.

Acabarás notando en ciertos momentos de tu meditación como una especie de clic en tu conciencia y tendrás la sensación de que las cosas funcionan.

Puede que sientas incluso que gran cantidad de energía fluye a través tuyo, o que encierras dentro de tu cuerpo un resplandor cálido y radiante.

Éstos son síntomas de que estás empezando a canalizar la energía de tu yo superior.

Veamos ahora un ejercicio de visualización creativa que le ayudará a entrar en situación.

Puede hacerlo regularmente al principio de sus sesiones de meditación:

Túmbese o siéntese cómodamente.

Relájese por completo y deje que su cuerpo se libere de la tensión.

Respire profunda y lentamente.

Relájese cada vez más profundamente.

Visualice una luz en su corazón —cálida y resplandeciente—.
Siéntala expandirse y crecer, difundiéndose desde usted cada vez más lejos hasta que llega a convertirse en un sol dorado que proyecta amorosa energía sobre todas las cosas y sobre todos los que le rodean.

Repítase en silencio y con convicción:

«La luz y mi amor divinos fluyen a través de mí y desde mí se irradian a todo lo que me rodea».

Repítaselo una y otra vez hasta que tenga una fuerte sensación de su propia energía espiritual.

Puede usar otras afirmaciones referentes a su propio poder, a su luz o a su capacidad creativa, tales como:

Dios se está manifestando a través de mí.
Estoy lleno de luz divina y de energía creativa
La luz que hay en mi interior está obrando milagros en mi vida aquí y ahora.

Cualquier frase que tenga para usted un fuerte sentido de evocación positiva le será igualmente útil.

Seguir la corriente

El único medio eficaz para emplear la visualización creativa se encuentra en el principio básico del Tao: «seguir la corriente».

Esto significa que no tienes que esforzarte por llegar hasta donde quieras llegar.

Simplemente debes exponer con claridad al universo hasta dónde te gustaría llegar, y luego, paciente y armoniosamente, seguir la corriente del río de la vida hasta que te conduzca a tu destino.
A veces, el río de la vida puede seguir un sinuoso curso hacia el objetivo.
En ocasiones, puede incluso parecer que va en una dirección totalmente contraria, y ser, sin embargo, a la larga, un camino mucho más fácil y armonioso que la lucha y la porfía.

Ir con la corriente significa perseverar en los propios objetivos, pero de un modo flexible (por más importantes que puedan parecemos) y estar dispuestos a modificarlos si se presenta algo más apropiado o satisfactorio.

Se trata del equilibrio entre el mantenimiento de un proyecto claro y el goce de todo lo hermoso que podamos encontrar en el camino, e incluso esa disposición a modificar nuestro proyecto si la vida nos lleva en otra dirección. En definitiva, supone ser firmes y flexibles a partes iguales.

Si pesan sobre ti emociones demasiado intensas relacionadas con la consecución de tu objetivo —es decir, si puedes sentirte realmente mal si no lo consigues—, tenderás a hacer las cosas en contra de ti mismo.

Por tu temor a no conseguir lo que quieres, puedes, de hecho, desarrollar la idea de no conseguirlo tanto o más que la de lograrlo.
Si te sientes emocionalmente muy ligado a tu objetivo, es extraordinariamente eficaz y apropiado actuar ante todo sobre tus propios sentimientos acerca de la cuestión.

Puede que necesites analizar a fondo qué es lo que temes que suceda si no alcanzas tu objetivo y hacer afirmaciones que te ayuden a sentir mayor confianza y seguridad, o que te hagan más fácil enfrentarte a tus temores, tales como, por ejemplo:

El universo se expande de un modo perfecto. No tengo que aferrarme a las cosas.
Puedo relajarme y dejar que todo siga su curso.
Puedo seguir la corriente.
Tengo siempre todo lo que necesito.
Todo el amor que necesito se baila dentro de mi propio corazón.
Soy una persona que ama y digna de ser amada.
Me siento pleno en mí mismo.
El divino amor me guía y cuida de mí en todo momento.
El universo proveerá.

No hay inconveniente en que visualices creativamente algo a lo que te sientas muy ligado (y, a menudo, te irá muy bien). Pero, si esto te crea dificultades, comprende que son tus propios conflictos internos los que se están manifestando. En un caso así, es importante relajarte y aceptar tus sentimientos, admitir que puedes no ser capaz de concebir inmediatamente tu propio objetivo, y comprender que la solución del conflicto es probablemente un importante paso en tu desarrollo y una maravillosa oportunidad de conocerte a ti mismo con mayor profundidad.

Si mientras haces tu visualización creativa, sientes en un determinado momento que estás tratando de forzar algo que no quiere manifestarse, retrocede unos instantes y pregúntale a tu yo superior si realmente es eso lo mejor para ti o si de verdad lo deseas.
El universo puede estar tratando de mostrarle algo mejor, que tal vez ni habías imaginado.


Sensación de prosperidad

Una parte muy importante del proceso de visualización creativa es el desarrollo de una sensación de prosperidad.

Ello implica comprender o aceptar conscientemente la idea de que el universo es absolutamente pródigo, que la vida trata constantemente de ofrecerte lo que tu corazón y tu alma desean profundamente, tanto en el plano material como en el emocional, el mental o el espiritual.

Todo lo que necesites o quieras está ahí para cuando tu lo pidas.
Sólo tienes que creer que es así, desearlo verdaderamente y estar dispuesto a aceptarlo para poder conseguirlo.
Una de las causas más comunes del fracaso en lograr lo que se quiere es la «programación de la escasez».
Consiste en una actitud o una serie de concepciones de la vida que viene a resumirse, poco más o menos, en las frases siguientes:

No hay para todos. La vida es sufrimiento.
Es inmoral o egoísta tener de sobra cuando otros no tienen bastante.
La vida es dura, difícil; es un valle de lágrimas.
Hay que trabajar duro y sacrificarse para obtener cualquier cosa.
Es más noble y espiritual ser pobre.
Y cosas por el estilo.

Son éstas unas convicciones totalmente erróneas.

Están basadas en una falta de comprensión de cómo funciona el universo o en una mala interpretación de algunos principios espirituales importantes.
Este tipo de creencias no te hacen ningún bien ni a ti ni a nadie. No hacen más que impedirnos a todos nosotros que reparemos en nuestro natural estado de prosperidad y abundancia a todos los niveles.

En la actualidad, existe en el mundo una situación de hambre y de pobreza que afecta a mucha gente, pero no tenemos por qué seguir creando y perpetuando esa realidad. Lo cierto es que hay más que suficiente en este mundo para todos si estamos dispuestos a abrir nuestras mentes a esa posibilidad y a modificar nuestras formas de utilizar y repartir los recursos de nuestro planeta.

El universo es un lugar de gran abundancia y todos somos prósperos por naturaleza, tanto a nivel material como espiritual, siempre y cuando nos mantengamos en equilibrio y armonía con los demás seres y con la tierra que nos da sustento.

En nuestros tiempos, la humanidad ha perdido el contacto con su estado natural de prosperidad.
Entre todos estamos creando un mundo dominado por el desequilibrio, en el que unos pocos poseen mucho más de lo que necesitan y están agotando nuestros recursos naturales a una velocidad alarmante, mientras que la mayoría padece una grave escasez.
Todos somos responsables de haber creado esta realidad, pero de igual modo, entre todos podemos cambiarla si modificamos nuestro modo de pensar y nuestra forma de vida.
Debemos recobrar nuestra capacidad de disfrutar y apreciar los pequeños placeres de la vida.

Muchos de los que vivimos en el mundo industrializado necesitamos cultivar un estilo de vida más simple y natural.
Debemos darnos cuenta de que, una vez que nuestras necesidades básicas están cubiertas, la sensación de abundancia es algo que tiene que ver mucho más con el hecho de poder expresar nuestros dones creativos de una manera plena y con aprender a dar y a recibir de un modo equilibrado que con el consumismo desaforado.
Lo más cierto acerca de este mundo es que se trata de un lugar lleno de bienes, hermoso y gratificante.
El único «mal» procede de la falta de comprensión de esta verdad.

El mal —la ignorancia— es como una sombra: no tiene una sustancia real propia. Es, simplemente, la falta de luz. Y no se puede hacer desaparecer una sombra arremetiendo contra ella ni oponiéndole ningún tipo de resistencia física o emocional. Para que una sombra desaparezca hay que proyectar luz sobre ella.

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